VidaPlena

lunes, 20 de junio de 2016

¿Quiénes Somos?

Queridos amigos en este post voy a abordar un tema que por lo general la mayoría no nos atrevemos a hacerlo de forma natural, pues vivimos condicionados y aturdidos permanentemente por los estímulos externos y nuestros patrones mentales.

Es común que las personas que se encuentran con esta pregunta contesten con “etiquetas”: Soy fulano, padre de…, abuelo de…, profesional…, dueño de…, tengo ..., tengo..., etc. etc., desde nuestra limitada visión pensamos que somos estas etiquetas.

Nos tranquiliza pensar que somos esto y no otra cosa pues, si nos detenemos a mirarnos comenzamos a percibir nuestra verdadera naturaleza e intuimos que las definiciones son solo etiquetas y empezamos a temer que se produzca la disolución de nuestra identidad, lo que hace que nos definamos como una persona – nuestros sentimientos, pensamientos, ideas, nombre, etc. – va a desaparecer.

Esta mirada desde el ego es ilusoria pues cuando nos vamos a dormir a la noche o durante la siesta, nos desprendemos de las mismas y lo hacemos con alegría, incluso lo deseamos, y sin pensarlo un instante renunciamos a nuestro cuerpo y nuestra mente penetrando en otro plano vivencial, el plano de la conciencia pura, el plano verdadero que es lo que realmente somos, lo que nos habita.

El cuerpo, la mente y nuestra percepción de la realidad son como capas que cubren nuestro verdadero Ser, que es la conciencia, de la que la tradición Védica dice: “...el agua no puede mojarla, el fuego no puede quemarla, no puedes tocarla, no puedes matarla...”

Cuando estamos “despiertos” por la mañana o después de la siesta y pensamos en la muerte por regla general tenemos miedo de desaparecer, pero pregunto: ¿por qué tenemos miedo de dejar que una colección de pensamientos, sensaciones y percepciones desparezcan? ¿qué pensamos que vamos a perder, si lo hacemos cada noche o cada tarde?, la razón de esta situación es que hemos depositado nuestra identidad como te mencioné antes, en una colección de etiquetas con la que nos armamos nuestra identidad que está compuesta por: nuestra historia, nuestras creencias, las sensaciones que identificamos como nuestro cuerpo y que estamos convencidos que somos eso.

No somos conscientes de nuestro verdadero Ser que es Conciencia pura que se ha mezclado con esas percepciones y ya no puede distinguir lo ilusorio de lo real, con lo que queda cubierta nuestra verdadera naturaleza, hemos consentido en limitarnos en el tiempo y en el espacio y como consecuencia de ello nos convertimos en una entidad temporal y finita que vive creyendo, sintiendo y pensando de acuerdo a esa sensación.

La situación es que vivimos condicionados por patrones de pensamiento que lleva implícito un código esencial que dice ...Voy a Olvidarme que estoy en un Patrón de Pensamiento Opcional... y ese código incluye otro que es sufrimiento, entonces hablamos de “Mi Punto de Vista” y desde ese lugar lucharemos para tener siempre la razón y eso nos lleva a poner mucha energía en demostrar que tenemos razón y por supuesto sufrimos.

En principio te diré que el sufrimiento es una anomalía en el universo, por lo que sería importante que te detengas a analizar esto: estás sufriendo pues te has confundido a ti mismo con un objeto y has consentido en limitarte a una mente y un cuerpo.

No queremos sufrir, pero inconscientemente elegimos sufrir pues es lo que conocemos, lo que nos han inculcado, es nuestra “zona de confort” que es la zona que conocemos y en la que nos sentimos seguros, si te pregunto: ¿a ti te gusta sufrir? me responderás: ¿estás loco? Me paso todo el día evitando sufrir, lucho para no sufrir, y esa lucha lleva a más sufrimiento, recuerda la sentencia “...lo que resiste persiste...”.

Tú tienes la elección y has elegido en limitarte a ti mismo, restringirte a esa “zona de confort” donde sufres, luchas y te amargas, puedes elegir salir de ella, desenredarte de tu cuerpo-mente y dirigir tu atención hacia quién realmente eres.

Me puedes preguntar: ¿Cómo hago para dejar de sufrir?

Para eso debes desviar tu atención de los objetos que parece que conoces, debes dirigirla hacia el interior hacia el Ser que realmente eres, con lo cual te acercas al “pensador de los pensamientos”, pues tú no eres tus pensamientos, eres el que piensa y experimenta ese pensamiento y el diálogo interno que conlleva, esta acción da como resultado comprobar tu verdadera naturaleza que se devela como es en realidad.

Cuando la mente regresa al corazón, cuando el yo separado es despojado de su idea de separación se devela como el Ser Verdadero y Único, la Conciencia Pura, comprendes que nunca hubo un yo separado y por lo tanto esa sensación es ilusoria.

Simplemente lleva tu atención a tu Ser, a tu conciencia, deja de mirar para afuera y comienza a mirarte, deja que el Ser que eres dé su atención a sí mismo. 

Me puedes decir: que si haces eso puedes perder tu identidad, no tengas miedo, si diriges tu atención hacia adentro olvidarás el miedo a perder tu identidad, a desaparecer. Pues recordarás quién realmente eres, te reencontrarás con tu Ser, ese Mago que está permanentemente en tu interior, comprenderás que el Ser que eres es eterno, no tiene principio y no tiene fin, 

Tú, amigo lector no tienes una vida, eres una vida y como te comente  antes, el Ser que eres no puede ser lastimado, el agua no puede mojarlo, el fuego no puede quemarlo, y desde ese lugar estarás pleno.

Esta experiencia de ser consciente nunca nos ha dejado, aunque generalmente es empañada por el ego. Nunca hemos dejado de ser este “yo soy consciente”, simplemente presta tu atención a tu Ser, en lugar de los objetos (tu diálogo interno, tus sentimientos, sensaciones o percepciones), haz brillar esa conciencia sobre la experiencia de ser consciente, es decir sobre sí misma, sólo para descansar en sí misma. Permite que tu atención se vuelva hacia sí misma, sólo para descansar en sí misma. Esa experiencia es la paz misma.

Una última cosa, ten en cuenta que el punto de vista de la Conciencia es el único punto de vista real, es el punto de vista de las infinitas posibilidades.

Querido lector, da la vuelta, vuelve al “Hogar”, se Feliz.