VidaPlena

martes, 29 de octubre de 2019

Hablemos de la No Dualidad Parte II


Comenzaré esta segunda parte con un párrafo de la primera parte que intentaré profundizar:

La Mente es lo que tenemos, la Conciencia es lo que somos, cuando te piensas crees ser una ola, pero, cuando te prestas atención descubres que eres el océano, la totalidad.

Hay una pregunta que se vienen haciendo desde las escuelas de misterios griegas, a la cual muchos filósofos han tratado de responder y es la única pregunta que vale la pena explorar esta es:

¿Quién soy yo?

Esta pregunta si la formuláramos desde la No Dualidad podría expresarse así:

¿Quién soy antes de pensarme?

Cuando la mente es observada… con atención desnuda, sin interferencia del ego, vemos que eso que se da cuenta, que podemos llamarlo el pensador del pensamiento está ubicado en el vacío, en el espacio entre dos pensamientos, intuís que si aplicas la atención desnuda más allá de los pensamientos no hay nada, eso eres tú, conciencia.

Dice Nisargadatta[1]: … “la identificación con las creencias constituye el mayor obstáculo para abrirse a la verdad, porque toda creencia, del tipo que sea, nace de la idea (creencia) errónea de la separación” …

Para la auto-indagación advaita[2], lo esencial no es tanto el conocimiento de ciertos contenidos objetivos (lo que soy) como el conocimiento del conocedor, de lo que atestigua dichos contenidos. Sólo el conocimiento/realización del conocedor, de esa presencia consciente que atestigua la experiencia, es fuente de sabiduría. Podríamos como ejemplo preguntar: ¿Quién es el pensador del pensamiento?, y lo que propone es conocer no cualesquiera de los objetos pertenecientes al mundo, sino precisamente al conocedor de todo lo conocido.

No es el habla lo que deberíamos querer conocer; deberíamos querer conocer al hablante. No es lo visto lo que deberíamos querer conocer; deberíamos querer conocer al vidente. No es el sonido lo que deberíamos querer conocer; deberíamos querer conocer al oyente. No es el pensamiento lo que deberíamos querer conocer; deberíamos querer conocer al pensador, y aquí tenemos un gran dilema: ¿cómo conocer al conocedor, dado que éste no está en el mundo y es siempre su límite? O, como expresa la UpaniSad[3]: “¿Cómo se puede conocer a Aquel por el cual todo es conocido?” … o ¿Cómo la conciencia se puede conocer a si misma?

Ahora bien, cuando iniciamos el sendero para conocernos nos aparece la pregunta: … ¿cómo conocer al conocedor, dado que éste no está en el mundo y es siempre su límite?, O, como expresa el UpaniSad: “¿Cómo se puede conocer a Aquel por el cual todo es conocido?” y aquí volvemos al inicio de este post.

La apertura en la que acontece lo conocido y la luz en virtud de la cual puede ser visto, no pueden, a su vez, ser conocidas porque no son de naturaleza objetiva. “Decir: “me conozco a mí mismo” - afirma Nisargadatta - es una contradicción de términos porque lo conocido no puede ser mí mismo” … “No puede conocer al conocedor, puesto que usted es el conocedor. El hecho de conocer prueba al conocedor. No necesita más prueba. El conocedor de lo conocido no es cognoscible. Del mismo modo que la luz sólo es conocida en los colores, así el conocedor es conocido en el conocimiento” ...

Todo esto nos lleva a concluir que el yo no puede ser conocido porque nunca es un contenido de conciencia sino la conciencia que es la condición de posibilidad de todo contenido objetivo, por lo que si indagamos en la naturaleza de nuestro yo y expresamos que conocemos lo que somos dicha expresión apunta al conocimiento de “lo que no somos”, pero creemos ser, es decir, a la necesidad de advertir nuestra equívoca tendencia a identificarnos con nuestro yo empírico, una tendencia que conlleva el oscurecimiento de nuestra identidad real.

La primera consecuencia de esta falsa auto-identificación es la conciencia de separación: soy yo frente a lo otro, que es no-yo.

La segunda consecuencia, es el inicio de un movimiento de naturaleza excéntrica: el yo, identificado con una imagen mental de sí mismo, se exilia de su verdadera naturaleza; ya no se vive desde su Fondo real, desde su ser interior, sino desde su mente, desde una mera idea de sí. Pero esta vivencia limitada del yo no responde a la intuición de plenitud que éste reconoce más o menos veladamente como su origen y destino y que no es otra cosa que el eco de su propio Ser.
Monica Cavallé [4] dice: ... “El yo, puesto que se ha limitado al objetivarse y definirse, ya no es capaz de encontrar dentro de sí esa plenitud; sólo la experimenta bajo la forma del anhelo.” ... “De aquí que necesite proyectar en el futuro otra idea de sí que viene a ser una suerte de “ego o yo ideal”: la idea de estar completo que ansía y que se compone de aquellos rasgos que considera que neutralizan lo  que ahora percibe como una limitación (por ejemplo: la fortaleza o el poder, para el que se ha sentido o se siente débil; la inteligencia y el conocimiento, para el que se ha sentido mentalmente inferior; o, sencillamente, un ideal de mejoramiento y engrandecimiento del yo que habrá de lograrse a través una disciplina moral, espiritual, etc.).

Surge así otra nueva dualidad: la dualidad entre “lo que el yo cree ser” y “lo que considera que debe llegar a ser”. La tensión generada por esta dualidad, el juego entre lo que el yo cree ser y lo que cree que ha llegar a ser, define el personaje que cada cual representará en el teatro del mundo. El yo sufrirá, se alegrará, se entusiasmará o desalentará, etc., por meras ideas, por algo que no tiene nada que ver con lo que realmente es, ni, en general, con lo que es.”

Ten en cuenta que para la doctrina no-dual, el lenguaje es inadecuado para aprehender la realidad en sí -la discriminación mental y el lenguaje discursivo tienen sólo una función negativa e indirecta al respecto-.

Ahora bien, hay un tipo de lenguaje: el lenguaje simbólico y analógico que, es más adecuado - o si quieres menos inadecuado- que otras modalidades del lenguaje para servir de sostén a la intuición no-dual.

Recuerda lo que dije en el post anterior: …. “Entonces, ¿cómo accedo a la comprensión No-Dual? y la respuesta sería: Nunca a través de la mente, del pensamiento a lo que agregaría- la palabra- sino desde la vivencia silenciando la mente (meditación), ingresar en ese silencio y vacío que no juzga y que aquietan los pensamientos y emociones.”

Quiero terminar esta parte con dos reflexiones:

Ser una persona [separada] es estar dormido  Nisargadatta

“Sólo con un gran despertar se puede comprender el gran sueño que vivimos.
Los estúpidos se creen muy despiertos”   Chuang Tzu[5]


Eduardo Seleson


[1] Nisargadatta Maharaj (17 de abril de 1897 – 8 septiembre de 1981) fue un gran maestro espiritual de la corriente Advaita. Su enseñanza es admirada por ser directa, provocativa y radical. Considerado por muchos como un iluminado, su obra más conocida es I am that (Yo soy eso).

[2] Advaita es una palabra del sánscrito que significa "no dos". Sinónimo de Advaita es no-dualidad. Advaita no es una filosofía ni una religión.  La doctrina advaita es una rama no dualista del hinduismo que afirma la unidad entre las almas (atman) y la divinidad (Brahman) promueve la existencia de un ser unido a la totalidad de seres existentes, hasta tal punto que no puede hablarse de relación entre los distintos seres, sino de unidad total. Es la unión entre el sujeto que percibe y lo percibido.
No-dualidad es una experiencia en la que no existe separación entre sujeto y objeto, un "yo" y el resto del universo, un "yo" y Dios. Es la experiencia de la conciencia, nuestra verdadera naturaleza, que se manifiesta como felicidad, amor y belleza absolutos. La conciencia se define como "Eso", sea lo que sea, que percibe estas palabras aquí, en este momento.
Ref. https://es.wikipedia.org/wiki/Advaita 

[3] Se conoce como Upaniṣad a cada uno de los más de 200 libros sagrados hinduístas escritos en idioma sánscrito de los cuales los más antiguos y representativos datarían aproximadamente de entre el 800 y el 400 a.C. 
Ref. https://es.wikipedia.org/wiki/Upanishad

[4] Mónica  Cavallé “LA SABIDURÍA DE LA NO-DUAIIDAD” Una reflexión comparada entre Nisargadatta y Heidegger. Ed. Pairos

[5] Chuang Tzu o Chuang Tse, literalmente "Maestro Zhuang" fue un filósofo de la antigua China que vivió alrededor del siglo IV a. C. durante el período de los Reinos combatientes, y que corresponde a la cumbre del pensamiento a la cumbre del pensamiento filosófico chino de las Cien escuelas del pensamiento. Nacido en el reino Song, vivió aproximadamente entre los años 369 y 290 a.C., y se le considera el segundo Taoísta más importante, por detrás tan sólo de Laozi, y heredero del pensamiento de este último. Su pensamiento es considerado, por especialistas en filosofía antigua, análogo a la. Escuela Cínica de la Antigua Grecia.  Ref: https://es.wikipedia.org/wiki/Zhuangzi


Bibliografía:
LA DICHA DE SER – NO DUALIDAD Y VIDA COTIDIANA, Mónica Cavallé, Ed. Enrique Martinez Lozano  Declée de Brouwer S.A. 2017