VidaPlena

miércoles, 29 de agosto de 2018

El pensamiento y sus trampas

En el último post que puse hablamos sobre el Ego y sus Juegos, hoy quiero contarte sobre el pensamiento y sus trampas.

Hablamos del pensamiento, y lo primero que debemos tener claro que es y como se genera para luego comprender sus juegos y sus trampas.

Según la definición teórica, el pensamiento es aquello que se trae a la realidad por medio de la actividad intelectual. Por eso, puede decirse que los pensamientos son productos elaborados por la mente, que pueden aparecer por procesos racionales del intelecto o bien por abstracciones de la imaginación.[1]

El pensamiento puede abarcar un conjunto de operaciones de la razón, como lo son el análisis, la síntesis, la comparación, la generalización y la abstracción. Por otra parte, hay que tener en cuenta que se manifiesta en el lenguaje e, incluso, lo determina.

Ahora que vimos que es desde la teoría describamos los tipos de pensamiento más comunes:

* Deductivo, ocurre cuando se toma una o varias proposiciones y de ellas se obtiene una conclusión. Resulta la forma de pensamiento más común, la que utilizamos a diario para intentar comprender los hechos que nos rodean, para analizar las historias que nos contamos y nos cuentan los demás, etcétera.

* Inductivo, de forma opuesta a lo antes definido, este proceso se basa en una idea particular para luego generalizarla, apoyado en que su veracidad en el caso aislado se mantendrá en situaciones similares, aun sin poder comprobarlo.

* Analítico, parte la “realidad” en porciones para poder evaluarla a través de mecanismos lógicos.

* Creativo, es la base del arte, ya que se basa en la libertad de modificar una idea, agregando o quitando elementos sin restricciones impuestas por el marco de lo posible.

* Sistémico, propone un sistema orgánico que interrelaciona los conceptos de manera compleja.

* Crítico, analiza a la vez que evalúa las ideas, intentando obtener respuestas convincentes relacionadas con la moral, la ética, los gustos, las tendencias; es el tipo de pensamiento que nos ayuda a formar nuestra personalidad y a reforzar nuestras convicciones a través de la observación activa de la realidad.

* Interrogativo, a la hora de tratar un tema en particular, este tipo de pensamiento nos permite cuestionar distintos aspectos de nuestro interés, articulando así el proceso de aprendizaje.


Nuestra libertad de pensamiento se ve coartada por la sociedad en todos sus aspectos, y se intenta que los ciudadanos aceptemos los límites con sutiles técnicas de manipulación -podes leer sobre la misma en el post que puse La Manipulación Mental el 13/07/2014 - y, cuando éstas fallan, se aplica la represión. Podemos inferir que nuestro pensamiento está condicionado por los mandatos de la sociedad, el grupo de pertenencia y la manipulación mediática, y este es uno de los juegos y trampas, siendo estas distorsiones cognitivas que, al pasar desapercibidas, atentan contra la correcta toma de decisiones o la percepción.  

Toma en cuenta que como dice la psicología cognitivo conductual: … “Lo único que determina que mi estado emocional sea uno u otro es el pensamiento. Así como pienso, siento y, por consiguiente, así como siento, me comporto”.

Es decir, Pensamiento, emoción y acción son eslabones de la misma cadena, alterando uno de los tres se modifican los otros dos. Aunque no siempre es así, esta corriente psicológica, nos invita a conocer de una manera clara y sencilla cómo es el patrón de comportamiento del ser humano

Por otro lado, veamos las cuáles son siete de las trampas de pensamiento más comunes:

·      Filtro negativo
·      Pesimismo
·      Exagerar
·      Etiquetar
·      Personalización
·      Suponer
·      Polarización

Veamos brevemente que significa cada una de ellas:

Filtro negativo, es una distorsión que se produce cuando la información que es recibida o parte de una situación vivida, deja de lado los aspectos positivos y poniendo el acento en los aspectos negativos.[2]

Pesimismo es la propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más desfavorable. Los pensamientos que se proyectan a la hora de pensar en el futuro y la carga positiva y negativa que tengan esos pensamientos puede inclinar la balanza a la hora de lograr y perseguir objetivos. Pensar de una manera o de otra no da lo mismo, porque inevitablemente se genera un correlato emocional.

Exagerar es sobredimensionar las situaciones que vivimos y los problemas que tenemos nos hace reducir nuestra capacidad para lidiar con las situaciones.

Etiquetar consiste en asignar un nombre a algo en vez de describir lo observado objetivamente. "La etiqueta asignada suele ser en términos absolutos, inalterable o bien con fuertes connotaciones prejuiciosas", Celia Antonini[3] nos indica algunos ejemplos: ¡Soy una tonta!, mi hermano es un inútil, ¡mi jefe es torpe!, no sirvo para aprender idiomas, etc. y nos dice … “Una etiqueta negativa puede hacernos sentir inferiores a los demás. "Si cada vez que cometo un error me digo a mi misma tonta, me autoestima se va desgastando y voy reafirmando que soy inferior". Lo mismo a la inversa. Cuando la etiqueta está puesta en otra persona, la relación que se establece con ese individuo surge a partir del etiquetado que pusimos…”

Personalización es la forma de asumir la responsabilidad ante un hecho negativo cuando no hay fundamento para ello y decide arbitrariamente que lo que ha sucedido a sudo culpa suya o se debe a su incapacidad produciendo una culpa paralizante que envuelve a la persona en una sensación abrumadora. (Celia Antonini)

Suponer es creer que sabemos lo que las otras personas están pensando lo que lleva indefectiblemente al sufrimiento y a reacciones de nuestra parte acordes a lo que suponemos.

Polarización, al respecto Celia Antonini dice… “Las personas que habitualmente incurren en el pensamiento polarizado, viven en un universo blanco y negro, sin colores ni grises. Dividen todos sus actos y experiencias en dicotomías, según estándares absolutos. Se juzgan a sí mismos como santos o pecadores, como buenas personas o malas, como exitosos o fracasados.

Dice Ciara Molina[4] … “los pensamientos negativos generan una enorme cantidad de malestar, su manifestación común es la ansiedad. La mente se encuentra ante un conflicto al que no sabe darle solución y los mecanismos de alerta de nuestro cerebro se activan dando lugar a sensaciones físicas y mentales poco agradables. Éstas provocan un desequilibrio en nuestro comportamiento armonioso, desde cambios de hábitos, pérdida de control sobre la realidad, sensación de tristeza, irritabilidad, pero sobre todo, alteraciones psicosomáticas (malestares estomacales, tensión cervical, mareos, etc.). Lo que se resumiría en creer que no vamos a sobrevivir a la situación emocional que se nos presenta.”

“Los pensamientos positivos en cambio suponen emocionalmente todo lo contrario. Estamos convencidos de que sea cual sea la situación dada, encontraremos la manera de resolverla sin salir perjudicados. De ahí que tengamos manifestaciones de felicidad, bienestar, amor y sobre todo salud física.”

“Hemos de tener claro que un pensamiento positivo nunca puede generar una emoción negativa, de la misma manera que una emoción positiva nunca irá precedida de un pensamiento negativo. Independientemente de cómo sea la situación que la vida nos presenta, lo que determinará un pensamiento u otro será la interpretación que haga de la misma. Una actitud adecuada ante dicha situación, aunque ésta no nos sea muy propicia, puede favorecer la aparición de pensamientos más adaptativos que nos ayuden a buscar soluciones a lo que estamos viviendo, de forma que nos sintamos mejor al confiar en que vamos a superar esa barrera…”

La mente a través de los pensamiento juega con nosotros, hablándonos y respondiéndose, llevándonos de un lado para otro sin que nosotros nos demos cuenta de ello, por ejemplo, te encuentras en una reunión con alguien donde conversas, luego cuando vuelves a tu casa recuerdas a esa persona que te comentó de un lugar donde estuviste y entonces la mente te dice: que hermoso lugar, allí tomaste esa comida pero, no te hizo demasiado bien, si, era… y de ahí saltaste a que tomaste para eliminar la molestia y recuerdas que tenias una sola pastilla de la misma, fuiste a la farmacia y te atendió una farmacéutica y de ahí salta a que color de ojos tenía, el día era nublado o soleado, etc., etc., etc. llevándote de una situación a otra en el pasado y no permitiéndote estar en el momento presente, por lo que a través de este juego nos mantenemos distraídos,lo más interesante es que casi no nos damos cuenta del dialogo que se establece y del juego a que la mente nos somete.

Hasta aquí tenemos una descripción desde la psicología de las trampas que nuestros pensamientos nos tienden, pero hay otras mucho más sutiles que no tomamos en cuenta y que trataré de comentártelas.

Una de ellas es pensar que nosotros somos nuestros pensamientos, cuando en realidad nosotros somos los que experimentamos los pensamientos, no somos los pensamientos.

Por otro lado, cuando hacemos una pregunta no estamos dispuestos a encontrar la respuesta dentro nuestro, sino que buscamos a fuera, pidiéndole a lo externo que dé sentido a lo interno, cuando lo exterior lo vivimos dentro de nuestro interior, nuestras creencias y pensamientos crean nuestra realidad y cuando obtenemos una respuesta desde el exterior, esta, no cancela la pregunta.

Te repito, lo exterior lo vivimos dentro de nuestro interior, nuestras creencias y pensamientos crean nuestra realidad, y esa es otra de las trampas creer que lo exterior nos genera las emociones que en realidad son generadas por nuestras interpretaciones de lo que sucede, además, creemos que las historias que nos contamos son reales y ciertas, solo porque nosotros las pensamos.  

Sergi Torres[5] dice: “… estamos acostumbrados a hacer preguntas cuyas respuestas anestesien nuestras dudas, pero no las cancelan…”… “La respuesta que cancela la pregunta es aquella que no anestesia la pregunta, sino que cancela la misma. Ahora bien, el hecho de buscar confirma que no la tenemos y por lo tanto no la encontraremos…”

Por otro lado, Celia Antonini dice: … “la mente va mucho más rápida que las acciones. Aunque la mayor parte del tiempo reflexionamos concienzudamente, todo el tiempo se están dando en el cerebro pensamientos de manera automatizada sin que uno pueda notarlo fácilmente. Al momento de tomar una decisión, emitir una opinión o interactuar con otras personas, esto inclina la balanza y … el riesgo de pensar tanto como una máquina, es hacerlo mal…  estas distorsiones cognitivas, pensamientos negativos y creencias irracionales, se producen como un atajo que la mente realiza para llegar rápidamente a una conclusión, con una cantidad mínima de información… la forma en la que procesamos la información muchas veces puede llevarnos a conclusiones erróneas que influenciarán nuestra conducta y nuestro estado emocional”

tenemos que tener cuidado con lo que pensamos sobre nosotros y sobre nuestro futuro porque si bien toda proyección es a futuro, el sentimiento que tiene esa proyección está en el presente. Si lo que pienso hoy sobre lo que me va a pasar en el futuro es bueno y prometedor, tendré ahora una sensación de tranquilidad y calma, en cambio si mi proyección es negativa, me inundará un sentimiento de angustia y malestar. El pesimismo es, entonces, la mejor forma de crear un obstáculo antes de que algo malo suceda” ...

Como puedes ver la mente esta generando permanentemente un diálogo interno que nos mantiene distraídos, se pregunta y se contesta, salta del pasado al futuro, amargándonos y angustiándonos, generando respuestas que vimos en párrafos anteriores.

Pero, querido lector, el pasado pasó y no existe y el futuro existe como un pensamiento, por lo que tampoco existe, solo el presente, el Aquí y el Ahora es real, por lo que para frenar esas trampas que nos pone la mente debemos poner nuestra atención en este momento y no permitir el juego de los pensamientos y sus trampas, solo así podremos vivir en armonía y sentir paz.

Una herramienta muy eficaz para lograr esto fue explicada por el Dr. Miguel Ruiz en su libro sobre la sabiduría Tolteca titulado “Los Cuatro Acuerdos” donde dice que el Tercer Acuerdo es “No hagas Suposiciones”, al respecto Miguel Ruiz[6] dice: “… tendemos a hacer suposiciones sobre todo, el problema es que al hacerlo, creemos que lo que suponemos es cierto, juraríamos que es real. Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen o piensan – nos lo tomamos personalmente- y después, los culpamos y reaccionamos enviando veneno emocional con nuestras palabras. Ese es el motivo por el cual siempre hacemos suposiciones y nos buscamos problemas… el funcionamiento de la mente humana es muy interesante, necesitamos justificarlo, explicarlo y comprenderlo todo para sentirnos seguros. Tenemos millones de preguntas que precisan respuestas porque hay muchas cosas que la mente racional es incapaz de explicar. No importa si la respuesta es correcta o no, por sí sola, bastará para que nos sintamos seguros, esa es la razón porque hacemos suposiciones…”.

Para evitar el error Don Miguel Ruiz dice, no supongas, siempre pregunta y con eso te evitaras sufrir, esta herramienta – pregunta- hará que pares la trampa que el pensamiento te tiende.

Pon atención a tus pensamientos y sus trampas, vigílalos, recuerda que:
 
Tus pensamientos, se convierten en palabras,
Tus palabras, se convierten en actos,
Tus actos, se convierten en hábitos,
Tus hábitos, se convierten en carácter,
Tu carácter, se convierte en tu destino.




[1] https://definicion.de/pensamiento/
[2] https://www.infobae.com/tendencias/2017/07/18/trampas-de-pensamiento-como-identificarlas-y-modificarlas/
[3] Celia Antonini es psicóloga clínica (Universidad de Belgrano, Buenos Aires), escritora, conferencista y especialista en depresión.
[4] Ciara Molina es licenciada en psicología por la Universitat de Barcelona (2001), Máster en Dirección de RRHH por el Colegio Nacional de Doctores y Licenciados en Ciencias Políticas y Sociología (2004).
[5] Sergi Torres nace en Barcelona (diciembre de 1975) y actualmente, comparte su propia experiencia de autoindagación. Después de dedicarse durante 10 años a trabajar como fisioterapeuta, deja su profesión para escuchar su llamada interna. Hoy en día ofrece charlas y talleres a los que llama encuentros, consciente de que las palabras no sirven para expresar la verdad, pero sí para invitar a las personas a que la encuentren en sí mimos y por sí mismos.  Desarrolla un ciclo mensual de encuentros en el Teatro Regina de Barcelona y es invitado a congresos, encuentros y charlas en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. Colabora como docente en la Universidad de Almería y con una sección en el programa de radio “l’Ofici de viure” (Catalunya Radio), presentado y dirigido por Gaspar Hernández.
[6] Miguel Ángel Ruiz (1952) es un autor, escritor y orador mexicano de textos y temas espiritualistas o neochamanísticos, influenciado por Carlo Castaneda.