VidaPlena

domingo, 29 de junio de 2014

Trascender esta Vida

Este post corresponde al capitulo con el que pensaba completar la primera edición  y que al final no incluí cuando realize la segunda edición de mi libro Estrategias para una Vida Plena.

Como todos los capítulos del libro comenzaré con unas reflexiones que nos van a introducir en el tema:


"…eres el espíritu incondicionado atrapado por las condiciones como el sol en el eclipse…cuando muera volaré con los ángeles, cuando muera como ángel 
no podréis imaginar  en lo que me convertiré…"
                                                                   
                                                           Rumi

Cuando uno sabe que una parte trasciende la mortalidad,  trasciende el tiempo, que el verdadero yo está más allá del espacio –tiempo,
ya no hay temor.

Deepak Chopra

“El reinado del temor a la muerte casi ha termi­nado, y entraremos pronto en un periodo de conocimiento y seguridad, que socavará la base de todos nuestros temores. 
Respecto al temor a la muerte, poco puede hacerse, excepto elevar el tema a un nivel más científico y, -en este sen­tido científico- enseñar a las personas a morir. 
Existe una técnica de morir, así como existe una de vivir, pero se ha perdido en gran parte en Occidente y casi en Oriente, excepto en algunas agrupaciones 
de Oriente formadas por Conoce­dores. 
Quizá consideremos esto más adelante, y la idea de encarar este tema puede permanecer en la mente de los estudiantes que lo leen, y pro­bablemente al estudiar, leer y pensar, quizás ob­tengan material de interés para ser recopilado y publicado”.

Tratado sobre Magia Blanca
Alice A. Bailey


Quiero comenzar este sendero con una pregunta:  ¿Qué significa para ti trascender?, ¿Buena pregunta, no?.

Según el diccionario de la lengua de la Real Academia Española vigésima segunda edición, trascender entre otras cosas significa: 

-Dicho de algo que estaba oculto: Empezar a ser conocido o sabido.

-Estar o ir más allá de algo.

-En el sistema kantiano, traspasar los límites de la experiencia posible.

-Penetrar, comprender, averiguar algo que está oculto.

Por lo que Trascender esta Vida podemos definirlo como que a partir de la comprensión y la experiencia de los capítulos que fuimos  desarrollando empezamos a saber en forma más que intelectual sobre quién o qué somos, fuimos más allá de esto dado que al entender que o quien somos traspasamos la limitación que la vida cotidiana y la sociedad nos impuso y lentamente descorrimos algunos velos que nos permitió acceder a visión más holística de la "realidad", y ahora encararemos el broche de oro de esta nuestra experiencia temporal actual, pues la muerte no es lo contrario de la vida. La vida no tiene opuesto. Lo opuesto de la muerte es el nacimiento. La vida es eterna.

Pero también hay otra definición del concepto, trascender en este caso también significa hacerse uno con la vida, hacerse uno con el Todo, hacerse uno con Dios en forma activa y consciente.

Eckart Tolle[1]  dice que … “Cuando caminas por un bosque que no ha sido domesticado por la mano del hombre, no solo ves abundante vida a tu alrededor; también encuentras a cada paso árboles caídos y troncos desmoronados, hojas podridas y materia en descomposición. Dondequiera que mires, encontraras muerte además de vida.”

“Al escrutarlo más de cerca, descubrirás que el tronco que se está
descomponiendo y las hojas podridas no solo hacen nacer nueva vida, sino que ellos mismos están llenos de vida. Los microorganismos están actuando en ellos, las moléculas están reordenándose. De modo que no hay muerte por ninguna parte. Sólo existe una metamorfosis de las formas de vida. ¿Qué puedes aprender de esto?...”

y continua …”en la hora de tu muerte , la historia de tu vida puede parecerte un sueño que está llegando a su fin. Sin embargo, hasta en un sueño tiene que haber una esencia que sea real por lo que debe haber una conciencia en la que ocurra el sueño, porque de otro modo no soñarías…”

Pensemos un poco que significa para la mayoría y posiblemente para tí la muerte:

-Un fin desastroso.

-La cesación de toda actividad física.

-La terminación de todas las relaciones humanas con su correspondiente cesación de todos los signos de amor y afecto.

-El tránsito a lo desconocido y por lógica temido, como si de repente y sin previo aviso te arrancaran de tu hogar donde estás con tu familia y amigos en un ambiente confortable y te encontraras solo, desnudo, desorientado y aterrado en medio de un valle oscuro y frio sin ninguna seguridad, no sabiendo a qué atenerte.

Por lo general se tiene esa sensación cuando uno se pone a pensar sobre el tema, aunque normalmente a todos nos gusta dormir la siesta o pasar unas buenas horas durmiendo a la noche y no nos percatamos que durante ese tiempo, durante las horas de sueño, morimos en lo que respecta al plano físico y vivimos y actuamos en otro lugar.

Olvidan también que han adquirido ya la facilidad de dejar el cuerpo físico, aunque aún no pueden conservar en la conciencia del cerebro físico los recuerdos de esa muerte y el consiguiente intervalo de vida activa, y no relacionan la muerte con el sueño.

Después de todo, la muerte es sólo un intervalo más extenso en la vida de acción en el plano físico; nos vamos “al exterior” por un periodo más largo. Pero el proceso del sueño diario y el proceso de la muerte ocasional son idénticos, con la única diferencia que en el sueño el hilo magnético o corriente de energía, a través de la cual corren las fuerzas vitales, se mantiene intacto, y constituye el ca­mino de retorno al cuerpo.

Este hilo a sido llamado en Oriente el hilo de plata como es descripto en su libro Tercer Ojo por Losang Rampa.

Con la muerte, este hilo de vida se rompe o corta. Cuando esto ha acontecido, la entidad consciente no puede volver al cuerpo físico den­so, y al faltarle a ese cuerpo el principio de coherencia, se desintegra,

Aquí estamos tocando el punto clave, esa conciencia ¿la crea el cuerpo, o es la conciencia la que crea el sueño de un cuerpo?

La conciencia, esa presencia que notamos y de la que hablamos en capítulos anteriores, la que Deepak Chopra denomina el observador, es inmortal, esa conciencia eres tú, es tu esencia.

La conciencia de la que estamos hablando se encuentra más allá del entramado de los pensamientos lingüísticamente  estructurados, Sus percepciones difieren de lo que tus percepciones culturales presentes y pasadas tanto como difiere el despertar del amanecer del sopor profundo del atardecer.

Tu sabes que vas a morir, en el fondo de tu mente conciente o inconciente lo tienes muy claro, sabes que desde que nacemos nos encaminamos hacia la muerte, pero el concepto de muerte como final es un concepto mental, y su definición como desaparición es un concepto que el ego teme, pensamos que al “morir” nos disolvemos en la nada, pero no es así, te repito lo que dije más arriba, la muerte no es lo contrario de la vida. La vida no tiene opuesto. Lo opuesto de la muerte es el nacimiento. La vida es eterna.

Lo que si podemos comprender a poco de pensar en este tema es que la muerte es la disolución de la forma, del cuerpo, de lo que según los paradigmas cuánticos es la imagen holográfica del paquete de información y energía de autoreferencia definido que somos.

Una pregunta interesante es ¿dónde está el niño que eras cuando tenias 6 años?, o ¿el joven de 25?, ya no existen, murieron para tu “realidad” actual, existen solo en tu recuerdo y en viejas fotografías, tú te has transformado en la persona que eres ahora, conservas memorias pero en definitiva eres otro.

La muerte, si sólo pudiéramos comprenderlo, es una de las actividades que más hemos practicado. Hemos muerto muchas veces y moriremos muchas más. Muerte es, esencialmente, cuestión de conciencia. 

En cierto momento estamos conscientes en el plano físico; en otro, nos retraemos a otro plano y estamos allí activamente conscientes. La practicamos todas las noches ,cuando vamos a dormir y muchas tardes cuando la siesta. 

En la medida en que nuestra conciencia se identifica con el aspecto forma, la muerte continuará manteniendo su antiguo terror. 

Tan pronto nos reconozcamos como almas (fíjate que en la Torah al ser humano lo llama “Alma Viviente” nefesh hai en hebreo) y comprendamos que somos capaces de enfocar a voluntad nuestra conciencia y sentido de percepción en cualquier forma o plano, o en cualquier dirección dentro de la forma de Dios o si quieres llamarlo el campo, la matriz divina, etc., cuando logramos esa comprención ya no conoceremos la muerte.

Como la energía no se pierde sino que se transforma, la muerte desde esta óptica es solo la transformación en otro estado, la conciencia permanece y volvemos a un nuevo nacimiento en otra dimensión.

Cuando una experiencia —una reunión de amigos, unas vacaciones, tus hijos crecen y se van de casa— llega a su fin, mueres un poco.

La forma que esa experiencia tenía en tu conciencia se disuelve. Esto suele producir un sentimiento de vacío que muchas personas prefieren no sentir, no afrontar.

Si puedes aprender a aceptar, e incluso a dar la bienvenida a los finales de tu vida, tal vez descubras que el sentimiento de vacío, que inicialmente te pareció incomodo, se convierte en una sensación de espacio interno que es profundamente apacible.

Ahora bien, hay algo que pienso debes comprender, lo más importante es encontrar tu ser esencial más allá de esa entidad efímera, del efímero yo personal.

No encontrarás la paz reordenando las circunstancias de tu vida, sino dándote cuenta de quién eres a nivel más profundo.

Por el ciclo de la vida te reencarnaras, pero la reencarnación no te ayudará si en la próxima encarnación sigues sin saber quién eres. 

Deepak Chopra dice “No estamos en el cuerpo, el cuerpo está en nosotros” por lo que podemos inferir que, como  dijimos antes nuestro cuerpo es una creación holográfica,  por lo que a través de éste podemos en esta “realidad” percibir los diferentes sucesos que nos hemos preparado y nos ocurren según el programa de aprendizaje que hicimos.

Muchas expresiones usadas habitualmente, y a veces la propia estructura del lenguaje, revelan que las personas no saben quiénes son. Por ejemplo, dices: «Él ha perdido su vida», o hablas de «mi vida», como si la vida fuera algo que pudieras poseer o perder.

Lo cierto es que no tienes una vida; eres una vida.

La Vida Una, la conciencia que interpenetra todo el universo y toma forma temporalmente para experimentarse como piedra o como hoja de hierba, como un animal, una persona, una estrella o una galaxia, te repito lo que dije en capítulos anteriores, pues es bueno recordarlo, somos una imagen holográfica de un  campo de información y energía de de autoreferencia limitado, y la energía no se pierde, se transforma, por lo que la conciencia, lo único real que tenemos, sigue permaneciendo, con las nuevas experiencias adquiridas en la última experiencia, que has dejado.

Cuando logres comprender esto, no en forma intelectual, sino en forma vivencial te harás uno la Vida Una y ya no temerás, pues, trascenderás el ego, la ilusión, la fantasía, la máscara de “la realidad”.

Mi amigo Roberto Taragano[2], compañero de viaje en los últimos años, después de un encuentro donde vimos una película cuyo título es “el último viaje” compuso un poema, lo escribió dos semanas antes de su partida de este plano, lo tituló  El Umbral  este poema fué leído en su despedida, Juliana su esposa y compañera por 42 años me autorizo a que lo transcribiera, con este poema quiero cerrar este capítulo, dice así:


                                                 No temas ni te lamentes
                                                 cuando llegue el momento.
                                                 La vida es el eslabón
                                                 que conecta los pasados
                                                 con futuros expectantes,
                                                 y la muerte el umbral
                                                 afín que el alma chica
                                                 liberada de sus trabas
                                                 regrese a su origen
                                                 para volver a fundirse 
                                                 en el moto perpetuo
                                                 del alma universal.

¿Puedes apreciar la profundidad del mismo?, te cuento que su partida ocurrió en forma serena, solo se quedó dormido.

En ese plano a donde vamos en nuestra partida reside la unidad y el proceso de transformación que nos permite acceder a otras partes de la totalidad donde experimentarás y comprenderás en su máxima amplitud el significado del yo, del tú y del nosotros en forma simultánea, donde yo, tú y nosotros se funden en uno solo, y allí, ten la certeza que trascenderás y te  harás uno con la Vida.

Eduardo Seleson


_________________________
[1] Del libro El Silencio Habla,Eckhart Tolle pag. 49
[2] Esto lo estoy transcribiendo el día posterior a su entierro y es un homenaje eterno a la figura de mi amigo.   


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